Y me fui a la gira Velvetina

Oops, hace muchos días que no escribía en este blog, pero es que llevo una vida bastante ocupada en el trabajo y cuando salgo de aquí no quiero ni ver la PC.

No he hecho muchas cosas en los últimos días, sólo he ido al basket, a los cumpleaños de Pupis y al concierto de Bosé en Chavón. Del basket y las fiestas de Pupis les cuento luego, ahora les hablaré de Bosé y su gira Velvetina.

Hace unas semanas Pupis y yo compramos el tour de De Bonche para irnos para Chavón. Así mismo le sugería a Sineyda que lo comprara ahí para que nos fuéramos las tres juntas. El caso es que el viernes en la tarde me dice Pupis que De Bonche se unió con Desde el Medio porque no pudo llenar una guagua para el concierto. Ahí empieza nuestra preocupación de si el concierto va o no va, ya que había pasado toda la semana lloviendo.

El sábado, a eso de la 1:30 p.m. me junté con Pupis en Plaza Andalucía para almorzar, ya que el punto de encuentro para el tour era en la esquina de dicha plaza. Almorzamos en Hornos Andalucía donde me comí un rico pincho de pollo con ensalada césar y luego un café riquísimo con chocolate y crema. Cuando estábamos comiendo entra una muchacha al local, desesperada por saber si de ahí es que saldrá el tour, pero como las jóvenes del restaurant no sabían nada al respecto, yo decidí ayudarla, pero bueh, si me pongo a contar dicha historia no termino.

Cuando fuimos a la esquina desde donde saldría el tour no había nada, por tanto fuimos a Desde el Medio y nos dijeron que desde ahí arrancaba la guagua. Era UNA SOLA guagua, por lo que de una vez pensamos que en el concierto no iba a haber gente. Salimos a las 4 hacia Altos de Chavón, en el camino el coro estaba caído, por suerte que Sineyda, Pupis y yo nos entretuvimos bastante hablando plepla y riéndonos de na.

Llegamos a Chavón bien temprano, antes de las 7, y nos recibió una llovizna, pero eso no nos detenía. Pasamos por una carpa donde estaban dando Presidente Light y cada una pidió su respectiva cerveza. Luego nos pusimos a hacer fila para entrar y ahí encontré a quien podría ser el padre de mis hermosos hijos (gracias a sus genes), oh Dios, que hombre más lindo. Gracias a Dios estuvimos más de una hora en fila para poder deleitarme, jeje. Como éramos de las primeras personas en la fila entramos rápido y nos sentamos en la segunda fila después del VIP, en el mismo centro del auditorio. Como me imaginé, los organizadores techarían el escenario debido a la lluvia (QUE ESCENARIO MAS NITIDO).

Más o menos una hora después inicia el concierto con los muchachos de EntreNos, a mí no me gusta ese tipo de música, pero debo reconocer que sonaron muy bien y usaron medios visuales que les ayudaron mucho. Ahí estaba mi amigo Miguel (Neutral), dándole un sabor rockero al grupo. Pocos minutos después se escucha la música y se ve Bosé en medio del círculo formado en el escenario, que luego, al seguir la canción "La Mano de Dios", se fue abriendo para formar una pantalla gigante y reflejar la imagen de unas manos sosteniendo a un bebé. Fue una experiencia religiosa todo el concierto. Ese señor se bota en el escenario, usa una escenografía adecuada, muy buenas luces, y sus bailes son muy sensuales. Se parte sí, pero imagínense, es algo que veremos en todas sus presentaciones. Fue bien chistoso con algunas de sus anécdotas, aunque no fue muy complaciente con los fans que le pidieron canciones que no pudieron escuchar. Honestamente me sorprendió mucho la cantidad de personas que estaban, había unas 3,000 personas, aproximadamente.

Defitivamente, el concierto valió cada peso que pagué, no tengo quejas, para nada, fue un conciertazo, creo que el mejor en el que he estado y yo que pensaba que el de Cerati fue el mejor (aunque Cerati me gusta mucho más).

Después del concierto salimos a Santo Domingo. Ahí me llama mi amigo Iván, que llegó al país el viernes, y me dice que nos juntemos cuando llegue del concierto. Llegamos a las dos, a esa hora llamé a Iván y nos juntamos a comer en Piccalo, duramos más de una hora poniéndonos al día y relajando. A eso de las 3 y algo me fui con Sineyda a casa. Cuando llegué llamé a Iván y duramos como hasta las 5 hablando plepla como hacíamos antes de él casarse e irse fuera del país. Me alegra mucho haberlo visto, ya que hacía dos años que se había ido. Cerré con Iván porque ambos teníamos sueño y me dormí.

Feliz, aunque sea por la desgracia de otros

Ayer estaba conversando con un amigo y estuvimos hablando acerca del Tsunami. El me comentaba que tuvo noticias de una amiga en Malasia de la que no sabía nada desde aquella tragedia y que estaba muy contento porque sabía que ella estaba bien. El caso es que empezamos a hablar de dicho desastre y de cómo eso afectó la vida de tantas personas, de una manera u otra.

El me comentó que con la tragedia se dio cuenta de lo frágiles y pequeños que somos los humanos ante lo enorme de la naturaleza, que ahora estamos vivos, pero en cinco minutos no lo estamos. Pero me lo dijo con cierta tristeza, sin embargo, esa parte de sentirse frágiles y pequeños fue lo que dio un giro grandioso a mi vida y ya verán por qué.

Viendo los documentales que se hicieron en torno al desastre ocasionado por el maremoto y todas esas personas que perdieron todo lo que tenían, incluso sus vidas, en un abrir y cerrar de ojos, me puse a pensar en muchas cosas, sobre todo en lo afortunada que soy. Para las personas que me conocen bien no es desconocido que yo era una persona con muchos complejos y con baja autoestima, teniendo todo en la vida para ser feliz. Sin embargo, a raíz del tsunami muchas cosas cambiaron en mí, en especial mi concepción de la vida y de mí misma. Ahora soy más feliz con lo poco o mucho que tenga, me siento más segura y capaz de lograr todo lo que me proponga y nadie, pero NADIE, es capaz de hacerme sentir menos.

Por eso es que el título de mi blog dice "Feliz, aunque sea por la desgracia de otros". Lo que quiero decir con mi mensaje es que las tragedias que ocurren en el mundo nos deben servir para seguir adelante, para dar gracias a Dios por lo dichosos que somos y para nunca detenernos ante nad ni culpar a otros por nuestros problemas. Como dicen por ahí "no hay mal que por bien no venga".