Feliz, aunque sea por la desgracia de otros

Ayer estaba conversando con un amigo y estuvimos hablando acerca del Tsunami. El me comentaba que tuvo noticias de una amiga en Malasia de la que no sabía nada desde aquella tragedia y que estaba muy contento porque sabía que ella estaba bien. El caso es que empezamos a hablar de dicho desastre y de cómo eso afectó la vida de tantas personas, de una manera u otra.

El me comentó que con la tragedia se dio cuenta de lo frágiles y pequeños que somos los humanos ante lo enorme de la naturaleza, que ahora estamos vivos, pero en cinco minutos no lo estamos. Pero me lo dijo con cierta tristeza, sin embargo, esa parte de sentirse frágiles y pequeños fue lo que dio un giro grandioso a mi vida y ya verán por qué.

Viendo los documentales que se hicieron en torno al desastre ocasionado por el maremoto y todas esas personas que perdieron todo lo que tenían, incluso sus vidas, en un abrir y cerrar de ojos, me puse a pensar en muchas cosas, sobre todo en lo afortunada que soy. Para las personas que me conocen bien no es desconocido que yo era una persona con muchos complejos y con baja autoestima, teniendo todo en la vida para ser feliz. Sin embargo, a raíz del tsunami muchas cosas cambiaron en mí, en especial mi concepción de la vida y de mí misma. Ahora soy más feliz con lo poco o mucho que tenga, me siento más segura y capaz de lograr todo lo que me proponga y nadie, pero NADIE, es capaz de hacerme sentir menos.

Por eso es que el título de mi blog dice "Feliz, aunque sea por la desgracia de otros". Lo que quiero decir con mi mensaje es que las tragedias que ocurren en el mundo nos deben servir para seguir adelante, para dar gracias a Dios por lo dichosos que somos y para nunca detenernos ante nad ni culpar a otros por nuestros problemas. Como dicen por ahí "no hay mal que por bien no venga".